sábado, 31 de marzo de 2012

CL6

Todos en el Palacio

Cada año sucede lo mismo, ahí están en un mismo recinto, los amantes muertos de Verona, al lado del príncipe de Dinamarca en la misma sala en la que se explican las distintas preparaciones de chiles rellenos en México.
Más adelante están otros personajes, unos enamorándose y los otros en un viaje submarino, un arrogante señor Darcy tendrá que luchar con su orgullo, mientras una señorita Bennet hace lo propio con sus prejuicios, al lado de ellos está prisionero Pierre Aronnax en el submarino del Capitán Nemo.
En el centro del Palacio, el recinto en el que se reúnen todos,  también están Roger Casement, viajando desde el Congo hasta Londres, aquel hombre que denunció las atrocidades del colonialismo,  y Caín, el personaje bíblico, en un mismo estante.
Sí ahí están Romeo y Julieta, Hamlet de William Shakespeare, lo mismo que el libro Los chiles rellenos en México antología de recetas bilingüe de Muñoz Zurita Ricardo, estos y más 49 mil títulos se encuentran en la sala que pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la XXXIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería organizado por la UNAM.
Sergio Vargas, encargado de la exposición de la UNAM en la Feria asegura que del total de los libros que se exponen en el Palacio de Minería la venta es de un 45%, destacando los libros de ciencias políticas, poesía y literatura.
En la Feria del Palacio de Minería, que se lleva año con año, desde hace 33, se reúnen distintas editoriales muchas de ellas con grandes descuentos, pues intentan retirar de sus venta obras que se han quedado y que si se guardan generan impuestos, sin embargo, asegura Vargas, hay editoriales que por no pagar impuestos queman los libros, mientras la UNAM los dona a bibliotecas en zonas rurales, “el negocio de la UNAM es la cultura, no el dinero”, afirma.
La organización de los títulos a exponer, por ejemplo en el espacio de la UNAM es de acuerdo al cupo, siempre reservando espacio a los clásicos y las novedades, conforme a la tendencia que tenga la Feria, entre otros.  Las editoriales tienen que pagar por el espacio, la UNAM por ejemplo pagó 500 mil pesos, las estanterías de las librerías que se encuentran en el patio principal, al redor de un millón.
Más adelante el Sr. Darcy y la Srta. Bennet se reúnen en el volumen Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, en oferta al lado de 20, 000 leguas de viaje submarino de Julio Verne de la editorial Tomo. Dentro del Palacio también están espacios dedicados a revistas, como Proceso, Algarabía,  y periódicos como La Jornada y El Economista.
En el patio principal El sueño del celta de Mario Vargas Llosa, sobre el viajero Roger Casement, Caín de José Saramago y muchos otros reunidos en Prisa ediciones, a la que pertenecen Alfaguara, Taurus, Aguilar, Punto de Lectura, El País, y Suma de letras.  El encargo de este espacio, Esteban Jiménez, asegura que las novedades como best-sellers, novelas coreanas, los clásicos, como las obras de Fuentes, Vargas Llosa, y Saramago garantizan las ventas.
Jiménez se refirió a Alatriste, en donde éste ejerció como editor de Alfaguara, aseveró que él fue muy buen editor, ya que trajo a Fuentes y Vargas Llosa a su sello, algo muy difícil de lograr. También señaló un punto en el que coincidían varios de los encargados de los estantes de las editoriales y es que existe un cierto margen de robo de libros, “la idea romántica de robar un libro para leerlo, aquí no aplica” dijo Jiménez, los roban para revenderlos, incluso al lado del Palacio de Minería o en Balderas.
A pesar de eso la Feria del Palacio de Minería lejos de obtener grandes ganancias económicas, al menos para la UNAM, promueve la lectura, y realiza diferentes actividades para tocar también temas actuales, como mesas redondas, presentación de libros, lecturas representadas, proyecciones e incluso hay una sección en donde se invita a un estado de la república para promover sus obras, en está ocasión fue Guanajuato. 
La importancia de la lectura es promovida en esta Feria que evidencia que en México sí se tienen deseos por leer, y como reza el proverbio Hindú “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”. 

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